domingo, 1 de abril de 2012

Con alguna ración de putaditas


Marta procrastina párvulamente el fin de su relación de pareja con Marcos porque es bien sabido que todos hacemos cosas no se sabe muy bien por qué. Marta lo ha pasado mal con esta mierda y por veces lo sigue pasando, por mucho que esparza maquillaje de bote grande ante sus padres, que quieras que no, se preocupan al verla, sentirla, oirla y respirarla a ella preocupada. Marta quiere a Marcos y Marcos la quiere a ella. Pero como en matemáticas, este matiz es una condición necesaria pero no suficiente.

Marta tiene una amiga en la que confía y de la que se fía. Que no es poco. Marta se lo recuerda a sí misma con frecuencia. Pero la misma Marta se mosquea cuando ésta le resume, concreta, enumera y sintetiza las defecaciones producidas por Marcos básicamente desde siempre, incluidas corridas de toros, o más bien de vaquillas bravas. Marta pone aire de por medio (enciende el ventilador mental), le quita las pilas al sonotone, enciende la máquina de crear excusas y piensa, lo malo que sincera y reflexivamente, que es mejor estar acompañada con alguna ración de putaditas que sola en plan marujona de programa vespertino.

Y en un programa vespertino de esos que Marta ve algunas tardes en secreto es donde oyó un caso similar al suyo. Alguien semejante a ella decía con rotundidad, musicalidad pero flipando bastante, que hay más Marcos por la calle que no vemos porque no abrimos los ojos. La clásica parida fácil de escuchar y más fácil de olvidar. Pero Marta, que sobre todo ni cambió de canal ni se despistó con el móvil, se quedó con una frase que decía aquella tipa que, levemente, la sobresaltó: las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores.

Tras un fin de semana en el que apenas estuvo con Marcos un rato el sábado a la tarde, soportar cómo su amiga cortaba el bacalao con decenas de consejos sobre cómo darle un ultimátum a Marcos, y tener que responder a su madre vacuidades acerca de por qué Marcos no venía por casa hacía tanto tiempo, Marta decidió abrir los ojos.

Y vaya si los abrió.





2 comentarios:

  1. Me gusta,no. Me encanta!!! Colors ;)

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  2. Procastrina??? En la vida he escuchado esa palabra. Siempre sienta bien aprender cosas nuevas.
    Marcos??? Todas hemos tenido y sufrido alguno en nuestras vidas... y hemos querido ser la Marta del final... pero... bueno, cada una ha escrito el final que ha querido o podido tener.
    Me ha transportado a otras épocas. Me ha gustado... para recordar y no olvidar... lo q no quiero en mi vida.
    Me ha gustado... mucho.

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