lunes, 13 de agosto de 2012

Lo mejor de sí misma


La canela es una especia que proporciona a una infinidad de platos una sensación de sabor y olor que salvo a cuatro raros, gusta a todo el mundo. Molida, la canela le da al arroz con leche ese fondo de aroma que embriaga y sacia la gula de los adictos al dulce. Hueles canela y enseguida recuerdas el sabor del arroz con leche. La repostería de origen árabe, muy popular en provincias del sur de España tiene en la canela, junto con la almendra, uno de sus pilares fundamentales. Si recorremos locales del norte y centro de Portugal, otro tanto de lo mismo. Galletas, bizcochos, pasteles y en fin, todo tipo de postres donde la fragancia y el deje a canela le dan un toque de belleza no física, que también, sino puramente química. También en esto tenemos pelea entre física y química, ganando esta última el primer asalto, como siempre.

Sin adentrarse en platos salados, repito: es generalizado el gusto por la canela como elemento que se piensa en dulce.

Pero si tomas una rama de canela, y en  vez de usarla para macerar leche hervida u otros elementos ingeribles, la troceas y la rechupeteas como aquel que mastica regaliz, la canela ya no es ese elemento que une todos los demás sabores dulces y parece que si no lo es, por lo menos aparenta serlo también. La canela en rama es entonces muy fuerte y nada dulce. En el paladar produce una sensación de picor y amargor que roza la repugnancia y exagerando un poco hasta induce al vómito. La canela, esa especia que en realidad vive de enmascarar a los demás y enmascararse a sí misma en lo dulce para parecer el más dulce de los elementos, es en realidad, cuando la abres por dentro, y extraes lo mejor de sí misma, un elemento casi ácido, casi amargo, picante, fuerte y repugnante.

Así son algunas personas. Como la canela. Vienen y van jactándose de ser canela, embarcándose en lo dulce, en lo rico, siendo o queriendo ser postres sabrosísimos y gustosísimos. Personas que salvo a cuatro raros, caen bien, muy bien, a todo el mundo. Pero, aquí está el problema, personas que cuando las abres y las masticas un poco, descubres que han vivido de rentas enmascarándose con lo dulce como la canela, pero que en el fondo son como ésta: repugnantes.

4 comentarios:

  1. Muy buena comparación!!!

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  2. Ummm... Esta comparación de las personas con la canela viene motivada por alguna experiencia personal?

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  3. Gracias.
    Por supuesto que no.
    Cualquier parecido con la realidad de lo aparecido en este blog es pura coincidencia.
    :)

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