jueves, 8 de noviembre de 2012

Trocear billetes de cinco


No me gusta la ironía, y no porque no la entienda. No me gusta la ironía ni la gente irónica porque no aportan nada. La ironía es algo pasado de moda. Como la práctica totalidad de los recursos estilísticos. Si acaso para que quede bonito. Pero ni así. Para llenar hojas cuando no existía ni televisión ni ordenadores conectados a la red. ¡Cómo se debían aburrir antes!
La ironía es decir lo contrario de lo que crees para remarcar lo que quieres decir, que como digo, es lo contrario de lo que estás diciendo. Lo lía todo y no arregla nada. Parece que ironizando adornas lo que dices, pero como no lo regules, igual dices una gilipollez del tamaño de una ballena y el personal se descojona pero de pena, no te equivoques.
Dicen que la fina ironía o ironía fina es cuando aunque parece que no, quien te escucha te entiende. Pero yo creo que eso no acontece porque seas bueno ironizando, sino que te entienden porque te quieren así como eres y andando. Irónico, ortopédico, sevillista o amaxofóbico.
La ironía no es eficaz. Palabras que piensas, palabras contrarias a lo que piensas, posible  vuelta atrás, explicación convincente de lo que has dicho pero no querías decir… o sí. La ironía es una montaña rusa de coches de alquiler que acabarás aparcando en una estación perdida de la mano de Alá vertiendo la llave en un recipiente de plástico con agujero hecho con una tijera escolar.
La ironía es perder tiempo. Y como el tiempo es dinero, utilizar la ironía es como quemar o trocear billetes de cinco. O de diez. Eso ya lo vamos viendo sobre la marcha.
Utilizar la ironía es como hacer más ruido cuando quieres silencio. Como llamar a alguien cuando no le quieres ni ver. Utilizar la ironía es cerrar la puerta con llave y romper el cristal para que entre el aire. Utilizar la ironía es como querer ser lo que no eres y decir lo que quieres decir cuando no tienes agallas del tamaño estándar para decirlo dónde, cómo y cuando hay que decirlo. Utilizar la ironía es flipar.
Dicen que la ironía no se entiende en la radio. Imagínate por teléfono. Por mensaje de teléfono móvil. ¡Qué ironía ni que infante decesado!
Lo mejor es decir las cosas claras, concisas, concretas y completas. Como yo.
La ironía es una mierda.


2 comentarios:

  1. La ironía mola, pero, eso sí, hay gente que abusa de ella. Supongo que sufrirás ese caso... Y la ironía sí que se puede entender por la radio... :-)

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